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EL ETIQUETADO DE LOS ALIMENTOS, LAS ALERGIAS E INTOLERANCIAS Y EL “PUEDE CONTENER”

¿Cuántas veces, en el etiquetado de un producto alimenticio, nos encontramos con la leyenda “PUEDE CONTENER”…? En referencia a que un alimento, en efecto puede contener trazas de ingredientes que, frecuentemente están asociados a las alergias o intolerancias alimentarias. Al leer esta advertencia en el etiquetado de un alimento, deberemos prestarle atención y no ignorarla, especialmente si somos alérgicos o intolerantes a uno o varios alimentos. Las trazas nos avisan de que el alimento, en cuestión, que tenemos en nuestras manos puede tener (aunque sea en cantidades ínfimas) algún ingrediente que pueda comprometer nuestra salud como consumidores que somos.

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Ni que decir tiene que, es obvio, la industria elaboradora del alimento en cuyo etiquetado figura un “PUEDE CONTENER” en referencia a cualquier alérgeno o sustancia intolerante, no ha añadido intencionadamente esa o esas sustancias causantes de una reacción adversa en determinadas personas. Lo más probable es que estas sustancias habrán llegado al alimento de manera accidental. Así, de esta forma, la industria alimentaria nos advierte mediante el etiquetado que el producto elaborado puede contener trazas.

Por supuesto, un fabricante o industria elaboradora de alimentos debe ser tajante y veraz en la información que facilite en la etiqueta de sus productos. De esta manera, el consumidor, al leer la etiqueta, evaluará el riesgo que, para su salud conlleva la ingestión de ese alimento en cuestión y así podrá decidir entre “si se lo come o no se lo come”. Los productos que el fabricante está obligado a declarar son los contenidos en el Anexo II del Reglamento (UE) número 1169/2011 del Parlamento Europeo y de Consejo, de 25 de Octubre de 2011, sobre la información alimentaria facilitada al consumidor:

Anexo II: Sustancias o productos que causan alergias o intolerancias

1. Cereales que contengan gluten, a saber: trigo (como espelta y trigo khorasan), centeno, cebada, avena o sus variedades híbridas y productos derivados, salvo:

a) jarabes de glucosa a base de trigo, incluida la dextrosa (¹);

b) maltodextrinas a base de trigo(¹);

c) jarabes de glucosa a base de cebada;

d) cereales utilizados para hacer destilados alcohólicos, incluido el alcohol etílico de origen agrícola.

2. Crustáceos y productos a base de crustáceos

3. Huevos y productos a base de huevo

4. Pescado y productos a base de pescado, salvo:

a) gelatina de pescado utilizada como soporte de vitaminas o preparados de carotenoides;

b) gelatina de pescado o ictiocola utilizada como clarificante en la cerveza y el vino.

5. Cacahuetes y productos a base de cacahuetes.

6. Soja y productos a base de soja, salvo:

a) aceite y grasa de semilla de soja totalmente refinados(¹)

b) tocoferoles naturales mezclados (E306), d-alfa tocoferol natural, acetato de d-alfa tocoferol natural y succinato de d-alfa tocoferol natural derivados de la soja;

c) fitosteroles y ésteres de fitosterol derivados de aceites vegetales de soja;

d) ésteres de fitostanol derivados de fitosteroles de aceite de semilla de soja.

7. Leche y sus derivados (incluida la lactosa), salvo:

a) lactosuero utilizado para hacer destilados alcohólicos, incluido el alcohol etílico de origen agrícola;

b) lactitol.

8. Frutos de cáscara, es decir: almendras (Amygdalus communis L.), avellanas (Corylus avellana), nueces (Juglans regia), anacardos (Anacardium occidentale), pacanas [Carya illinoensis (Wangenh.) K. Koch], nueces de Brasil (Bertholletia excelsa), pistachos (Pistacia vera), nueces macadamia o nueces de Australia (Macadamia ternifolia) y productos derivados, salvo los frutos de cáscara utilizados para hacer destilados alcohólicos, incluido el alcohol etílico de origen agrícola.

9. Apio y productos derivados.

10. Mostaza y productos derivados.

11. Granos de sésamo y productos a base de granos de sésamo.

12. Dióxido de azufre y sulfitos en concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/litro en términos de SO 2 total, para los productos listos para el consumo o reconstituidos conforme a las instrucciones del fabricante.

13. Altramuces y productos a base de altramuces.

14. Moluscos y productos a base de moluscos.

(¹) Se aplica también a los productos derivados, en la medida en que sea improbable que los procesos a que se hayan sometido aumenten el nivel de alergenicidad determinado por la autoridad competente para el producto del que se derivan

El problema es cuando este consumidor se encuentra con un “PUEDE CONTENER”, el cual, hará referencia a los principales alérgenos en los alimentos que acaban de ser enumerados. En efecto, esta denominación “PUEDE CONTENER” hace mención a la posibilidad de que el alimento contenga trazas de sustancias que debemos evitar. También puede inducir a pensar que en la fábrica se manipulan además otros alimentos (los cuales, es posible que debamos evitar también).

Al encontrar estos avisos relativos a que un alimento “PUEDE CONTENER”, recae sobre nosotros mismos la decisión de aceptar o no aceptar esos productos que “PUEDEN CONTENER TRAZAS DE,…” o no, es decir, no se sabe si contienen o no contienen. Muchos, incluso, pueden llegar a pensar que “Ni ellos mismos saben lo que contiene el alimento que producen” (Jesús Contreras, Catedrático de Antropología Social de la Universidad de Barcelona) y Director del Observatorio de la Alimentación del Parque Científico de Barcelona).

Muchos consumidores con algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria optan, por su seguridad, por desechar estos productos en cuyo etiquetado advierten de la posibilidad que el alimento contenga trazas o residuos ínfimos.

Nuestra sensación asumiendo un rol de consumidores ante un etiquetado del tipo de “PUEDE CONTENER” es muy similar a la que nos indica que el alimento “Puede contener microorganismos patógenos o posibles contaminaciones” ¿Elegiríamos un alimento con esa leyenda en su etiqueta?.

En definitiva, el “PUEDE CONTENER” destaca un riesgo de contaminación potencial y nunca debe ser utilizado como una excusa para un control pobre o gestión de la higiene deficiente.

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